lunes, 2 de marzo de 2015

“En la Antártida te sientes como en un planeta alienígena”

En la madrugada del pasado 7 de febrero, Saunders y su compañero de aventura, el franco-británico Tarka L'Herpiniere, finalizaron un recorrido de 2.880 kilómetros por los inhóspitos parajes de la Antártida que Robert Falcon Scott no pudo culminar hace 102 años. El capitán y todos los miembros de aquella expedición Terra Nova murieron durante el regreso. “Yo no me siento un explorador al viejo estilo, sino más bien un atleta”, precisa este pionero inglés (Plymouth, 1977) que equipara el esfuerzo realizado a la ejecución de 69 maratones. Subraya, sin embargo, que “la resistencia física supone solo el 10% del reto, y el 90% restante se apoya en tu determinación. El peor enemigo está en la propia mente”. 

El escenario de la Antártida —“un desierto blanco, un horizonte plano que desorienta por la total ausencia de referencias”— puso a prueba ese desafío físico y mental a temperaturas que rozaban los 50 grados bajo cero.
 Después de escribir un libro, relatar sus experiencias en diversos foros y poner en marcha una revista para aventureros, quiere regresar a la Antártida: “Es una tierra de extremos, un paisaje de belleza impresionante pero durísimo, y con un frío que sientes que puede matarte. Un planeta alienígena en el que nos sentíamos como astronautas y que crea verdadera adicción”.

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